Tanto la izquierda como la derecha en España comparten el mismo anhelo: otro adversario.
La izquierda reclama una “derecha europea”, centrista y liberal. La derecha quiere una izquierda centrista y que no toque casi nada de lo establecido, más allá de un poco de folklore.
La izquierda española es la que es y la derecha española es la que es y se negociará o no dependiendo de los incentivos que las dos partes tengan para hacerlo. Actualmente muy pocos incentivos.
Cada cual es libre de desear tener el adversario que más le convenga, incluso un adversario más cercano a uno que los sectores más ideológico del espectro en el que cada cual se ubica; pero es conveniente no confundir el deseo con la realidad.
Llegar a acuerdos es importante aunque no es fundamental, porque en caso de desacuerdo tenemos el voto mayoritario como modo de decisión. Si se quiere tejer acuerdos, debe hacerse con los adversarios reales, no con los adversarios deseados. Otro asunto es que las polarizaciones políticas hagan imposible, por convicción o estrategia, tener un terreno común.
Responder