Las llamadas a la responsabilidad con ocasión de la pandemia de Covid-19 lo son para evitar la propagación, no para señalar como irresponsables a los enfermos, que pueden haberlo sido o no.
Considerar a los enfermos responsables de su enfermedad no es nuevo. Desde hace demasiado tiempo, bajo apariencia de prevención, se está dando a entender que casi todas las enfermedades son las consecuencias de las malas decisiones de los enfermos que podían haberse cuidado mejor, podían no haber hecho tal cosa en principio inofensiva o no haber ido a sitios de lo más normal.
Paralelamente se describe, como la otra cara de la enfermedad, el proceso terapéutico como una lucha que depende del enfermo. Si el enfermo lucha, se curará, pero si no se cura es au culpa, pues se ha dejado derrotar bien porque se ha cansado o bien porque no ha tenido la fortaleza suficiente.
¿Si somos responsables últimos de nuestras enfermedades por qué no pagar por ellas? ¿Los caros tratamientos que estaremos pagando entonces fracasan o es que no hemos luchado lo suficiente? Creo que merece ser pensado.
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