Desde la declaración de independencia suspendida se ha transmitido la idea de que decir una cosa para acto seguido decir la contraria es propio de personas de gran inteligencia. No hay que ser muy inteligente para contradecirse, realmente la existencia de contradicción es una manifestación clara de ausencia de pensamiento racional. No son palabras hábiles, argumentos audaces, sino afirmar algo para acto seguido negarlo.
el procés hemos aprendido muchas cosas, pero una de las más importantes es que el mundo está lleno de cobardes y de gente que esperan que otros les hagan el trabajo sucio. Pueden que no sean tontos todos estos que no paran de contradecirse, pues seguramente son unos cobardes que quieren embarcar a otros en lo que ellos solamente quieren para recoger el triunfo.
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