La manifestación del pasado día 8, la cacerolada al discurso de Puigdemont o poner el himno de España durante las caceroladas independentistas han sido interpretados como acto de agresión y de represión por parte de los independentistas. Estos han desarrollado a lo largo de los años una estrategia de invisibilización del otro, de incluso negación de su existencia.
Una estrategia que ha sido desarrollada con tal grado de éxito que ha llevado a muchos a confundir la realidad virtual del independentismo con la realidad real. Es por ello por lo que la presencia del otro negado es ofensiva y represiva porque concibe al otro como un producto creado por un ente externo con la finalidad de hacerles daño.
Esto es lo que piensan lo que han ido a boicotear a los bancos y han terminado pagando comisiones. Los que han montado la estrategia, son muy conscientes de la realidad y por ello la han invisibilizado primero y negado después.
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