Pablo Iglesias habló de que España debería seducir a Cataluña. La verdad es que no es una invención del líder de Podemos porque antes muchos otros han dicho lo mismo o algo parecido. Durante mucho tiempo parecía una metáfora bienintencionada, aunque realmente está envenenada.
En primer lugar supone que Cataluña no está seducida, cuando todos los datos, desde demoscópicos a electorales,m nos hablan de una mayoría de catalanes que quieren seguir siendo españoles. Pero luego ahonda al mantener que la seducción ha de ser unilateral, algo así como tú no me quieres pero yo voy a conseguir que me quieras, sin que la otra parte tenga que poner nada de su parte. Implica la aceptación de cierta culpabilidad. La Cataluña separatista puede hacer o decir lo que quiera, que el peso de la seducción es de otro.
Cuando menos, es un planteamiento sesgado a favor del separatismo.
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