Susana Díaz tiene que dar un paso para presentarse a la Secretaría General del PSOE o retirarse definitivamente de la carrera matritense hasta que los electores decidan desalojarla del Palacio de San Telmo. Tiene que elegir una de las dos opciones, porque la carta de apoyar a otro para intentar manejarlo ya la gastó con Pedro Sánchez y el resultado no ha sido demasiado bueno.
En el caso de elegir presentarse a las primarias, tiene que tener en cuenta que serán una convocatoria con toda la atención mediática y donde los juegos van a verse a metros de distancia. Las presiones para que sean unas primarias limpias y justas pueden llegar a conseguirlo y esto sería una novedad para Susana Díaz: competir en el interno del partido en unas elecciones plurales y transparentes. El dejar fuera a 18000 militantes del PSC puede suponer un descrédito insalvable.
La segunda novedad que con la que puede enfrentarse es tener un candidato potente enfrente. Puede que sea o no Pedro Sánchez, pero sin duda el que sea va a tener muchos votos y apoyos de partido. Su rival no van a ser candidatos sin recursos que no pueden ni reunir los avales.
Frente a su retórica político-folklorica, que fue derrotada en dos debates por el mediocre de Moreno Bonilla, puede encontrarse a alguien de talla, fuerza y experiencia. Puede que hasta los que ahora la apoyan, dejen de hacerlo para asegurarse estar con el vencedor. Y la marcha de las perspectivas en Andalucía pueden afectar a la unanimidad mostrada hasta ahora por su Federación.
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