Las organizaciones políticas buscan líderes. Los liderazgos requieren adhesión, pero los liderazgos políticos tienen algo de ideológicos y hay mínimos intranspasables. Cuando se pertenece a una organización política se ha de hacer con lealtad, aunque no todo lo que se haga sea del gusto individual (lo importante es el conjunto).
El líder se transforma en amo cuando no hay principios intranspasables, cuando todo da igual salvo el cumplimiento de la voluntad del líder transmutado en amo. Los siervos cambiarán de opinión, defendiendo las más groseras contradicciones y transgrediendo los principios más básicos, y lo harán con el mismo entusiasmo que antes, sin atisbo de incomodidad dado que han renunciado al pensamiento.
Los líderes intentan ser amor. Los seguidores no deben querer ser siervos.
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