Algunos comentaristas han señalado con asombro que el Partido Popular se recupere en lugares donde la corrupción era generalizada e institucionalizada. No es un fenómeno nuevo.
Estos analistas dicen que los ciudadanos no castigan la corrupción y creo que se equivocan. Hay personas para las que el castigo es vitalicio, pero para otras el castigo se agota en unas elecciones o en dos a lo sumo. Como se dice normalmente cuando uno vota tiene que sintetizar muchos elementos en una sola expresión de la voluntad, de modo que no se vuelve a pasar la misma factura una y otra vez.
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