El Rey Felipe VI ha acudido a la capilla ardiente de Alfredo Di Stefano. Es el primer acto de este tipo al que acude como Rey y de esta forma ha marcado cuál es su canon para acudir a una capilla ardiente.
Alfredo Di Stefano me merece todo el respeto tanto su persona como su gran trayectoria deportiva, pero el hecho de que el Rey apareciera, en un acto quizás en busca de la aprobación fácil, da la impresión de haber sido meditado suficientemente.
A partir de ahora si alguien medianamente célebre muere será más o menos que Di Stefano dependiendo que el Rey acuda o no a su capilla ardiente. Podremos repasar listas de personas que no habrán merecido el reconocimiento regio póstumo y producirnos alguna que otra perplejidad.
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