Me resulta sorprendente el tiempo que los medios de comunicación les está dedicando a la apertura del ya celebérrimo prostíbulo en la Junquera (Girona). Un asunto local, que ha terminado con una sentencia del Tribunal Superior que ha posibilitado la licencia, inicialmente denegada por el Ayuntamiento, ha ocupado lugares destacados en todos los informativos.
El minutaje en televisión que este burdel ha ocupado vale una fortuna. Una fortuna que el dueño del establecimiento se ha ahorrado y que debería hacer reflexionar a los redactores jefes y editores sobre cómo, intentando dar una noticia y mostrando la problemática que se planteaba, determinados excesos pueden incluso volverse contra las intenciones de denuncia y la cierta indignación que les guían.
Ahora todos los españoles sabemos que hay un gigantesco burdel en La Junquera. Los potenciales clientes saben dónde tienen que dirigirse y qué instalaciones tiene este establecimiento gracias a los múltiples detalles que han podido ver en los informativos de máxima audiencia en todas las cadenas de televisión. Y todo ello gratis.
Pero también sabemos que la ley que ha posibilitado la sentencia debe cambiarse. Vamos a convertirnos en el burdel del Sur
A por ello, señoría.
No es que vayamos a convertirnos en el burdel del sur, es que ya somos el burdel del sur, sobre todo cuando se abre la temporada de caza. El hecho de que en Francia o en Gran Bretaña sus respectivas legislaciones prohíban los prostíbulos favorece que nuestro país sea ya un destino de turismo sexual.
Un estudio que encargó Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha hace ya unos años reveló que en temporada de caza son los británicos, alemanes y, sobre todo, los franceses, los «clientes prioritarios» de los lupanares.
Publicidad gratuita, efectivamente, para propios y “extraños”
Coste de oportunidad, la audiencia que da hablar de putas, da mas dinero que el dinero que se pierde en promocionarlas…
Es sencillo.
Pues si además le cobrasen la publicidad al dueño del local, más beneficio.
A veces para conseguir una cosa.. tienes que renunciar a otra..
Ellos hicieron cuentas y vieron que salio mejor, curva de posibilidades.
No creo que eso sea tan fácil de calcular, o sí: ¿tuvieron más audiencias los informativos que la media en sus cadenas?
Ya. ¿Pero los telediarios franceses le han dado la misma cobertura?
Porque la caprichosa ubicación de ese antro es para atraer clientes galos.
Sobre el fondo de la cuestión, la irreflexión en general de los redactores de televisión, estoy de acuerdo.
Pero en este caso concreto, lo que digan en España es casi irrelevante, porque salvo algún gerundense curioso (y guarro) que se acerque allí, los adictos (guarros) de ese discutible (por guarro) servicio tienen putiferios más a mano.
No así para los franceses (guarros).
Y lo que he podido rastrear de la noticia, sobre todo en televisión, no es que haya sido una información muy crítica que digamos. Además en ocasiones más que información rozaba la telepromoción. Qué triste.
Un saludo.
España es un país turístico al que visitan todos los años cincuenta millones de personas. Unos buscan sol y playa, otros gastronomía, otros cultura, otros alcohol a buenos precios, otros (y otras) sexo fácil y otros más un poco de todo ello.
Todos preferimos un turismo de calidad, compuesto de millonarios USA, aristócratas europeos y jeques árabes, que, aunque en no pocos casos también van de putas (y de putos), lo hacen de un modo discreto, en sus villas y yates privados y con prostitutas, prostitutos y gigolós de alto nivel. Pero si solo se trabajara ese sector del turismo de lujo, resulta claro que no ibamos a conseguir cincuenta millones de visitantes anuales (quizá no haya tantos ricos en el mundo y desde luego, de haberlos, no van a venir todos de vacaciones a España). Así que, nos guste o no, si queremos mantenter nuestro turismo, no nos queda más remedio que tener hoteles de playa (aunque hayan estropeado la costa), chiringuitos de paella y sangría (aunque resulte cutre), fiestas, verbenas populares y botellón en la calle (aunque sea molesto) y puticlubs (aunque no les gusten a las feministas socialistas ni a algunos moralistas).
Para evitar el desmadre conviene regular estas actividades, como ya se ha hecho con los hoteles, los chiringuitos y las fiestas populares, por lo que cuando quiera es hora que se regule la prostitución, sabiendo cada cual a que atenerse. Hacer otra cosa sería del género tonto. Algo así como si Gibraltar prohibiese las sociedades mercantiles o el Principado de Andorra los bancos.
No hay que convertirse en el burdel de Europa por competir en el turismo ‘low cost’. Ese burdel está en la frontera con Francia, no en una zona turística. De hecho parece que nos quedamos nosotros lo peor en tu propuesta: unos sociedades, otros bancos y nosotros prostíbulos. Simplista.
No creo que sea una cosa de ‘feministas socialistas’, sino general: ¿a cuántos no socialistas les gustaría que sus hijas trabajaran allí?
Cada país debe aprovechar lo que tiene. España tiene un buen turismo de masas y debe explotarlo, aunque no nos guste y prefiramos otra cosa.
Argumentar contra la prostitución diciendo que no me gusta que se dediquen a ello mis hijas es ya algo manido y con tufo machista. Hasta no hace mucho estaba mal visto que las mujeres trabajaran y solamente lo hacían las pobres, aquellas a quienes sus maridos no podían mantener (¡que vergüenza para un hombre no ganar lo suficiente para que su mujer no trabaje!) o algunas locas (hoy a esas locas que fueron abogadas, médicos o ingenieras, se las trata de adelantadas a su tiempo). Quizá debamos analizar si la prostitución femenina está mal vista porque el macho quiere que esté mal vista y así poder seguir dividiendo a las mujeres en putas (todas) y santas (las de mi casa). Lo curioso es que muchas feministas que dicen luchar por la mujer argumentan igual y abogan por la abolición de la prostitución debido a que a los maridos, los padres y los hijos (en definitiva, a los hombres de la casa) no les gustaría que las esposas, las hijas y las madres (las mujeres de la casa) sean prostitutas, sin importarles una higa los que tales hembras quieran. Y encima dicen estar contra el patriarcado.
En definitiva, observo últimamente que en este, como en otros temas, se pretende elevar a universal lo que a mi me gusta o no y hacer de ello una categoría moral. Así, el macro burdel y la prostitución en general deben prohibirse porque a mí no me gustan, cuando lo suyo sería regular esta actividad.
Cada uno debe aprovechar lo que tiene. Cuando tengamos una alternativa real a los ingresos del turismo hablamos.
El argumento, muy manido por otro lado, de que no debe haber burdeles porque no nos gusta que nuestras hijas trabajen en un burdel es machista donde los haya. No soy yo quien debe elegir el trabajo de mis hijas, ni éstas han de elegir según mis gustos. Hasta antes de ayer nadie quería que las mujeres de su familia trabajaran y solamente lo hacían las pobres, aquellas a quienes sus maridos no podían mantener (¡que vergüenza para un hombre no poder mantener a su mujer y depender de ella!) o algunas locas. (hoy a esas locas que fueron abogadas, médicos o ingenieras, se las trata de adelantadas a su tiempo). Deberiamos reflexionar si no estrá la prostitución mal vista porque el hombre (el macho) quiere que esté mal vista y así poder seguir dividiendo a las mujeres en putas (todas) y santas (las de mi casa). Lo curioso es que muchas feministas que dicen luchar por la mujer argumentan igual y abogan or la abolición de la prostitución debido a que a los maridos, los padres y los hijos (en definitiva, a los hombres de la casa) no les gustaría que las esposas, las hijas y las madres (las mujeres de la casa) sean prostitutas, sin importarles una higa los que tales hembras quieran. Y encima dicen estar contra el patriarcado.
Lo triste del caso es que no es un asunto que pase solo en España, aquí en Costa Rica han pasado cosas similares o aún peores, cuando abre un nuevo “night club” como se les denomina aquí, salen publicaciones de prensa y tv que en vez de denunciarlo lo que hacen es promocionarlo.
Saludos.