La Vanguardia publicó ayer una encuesta en la que el PP rozaría la mayoría absoluta no porque los populares suban mucho, sino porque los socialistas pierden millones de votos que se van en bloque a la abstención, y sólo una mínima parte al PP o a IU.
En España hacemos encuestas nacionales para unas elecciones que no se hacen sobre una circunscripción nacional, sino sobre cincuenta y dos circunscripciones provinciales. Las empresas que se dedican a hacer las proyecciones a escaños de los resultados de las encuestas saben esto y por ello sales unas horquillas de escaños que desvirtualizan los resultados o producen interpretaciones que resultan extrañas a los conocedores del sistema electoral.
Por ejemplo en La Vanguardia se dice que UPyD subiría en cinco escaños y puede que ello fuera posible si la circunscripción fuese nacional, pero este medio y la empresa que ha hecho la encuesta e interpretado los datos no indican dónde ganaría UPyD esos cinco nuevos escaños o suponemos que los ganaría todos en Madrid.
Si el ascenso fuera únicamente en Madrid, UPyD estaría convirtiéndose en la principal fuerza en esa comunidad, algo que cuesta creer: por el contrario si el ascenso es proporcional en todo el territorio, pero no da para conseguir escaño en la inmensa mayoría de las provincias, entonces el ascenso de votos puede que no se traduzca en un ascenso proporcional de diputados.
Parece que en el caso de IU afinan un poco más y dicen que la posibilidad de doblar sus votos tiene como relato doblar los escaños, esto es, pasar de dos a cuatro. Aquí las circunscripciones candidatas son varias y van desde un aumento en Madrid y Barcelona o a volver a conseguir escaño por Valencia, Sevilla, Asturias o Córdoba (que eran escaños clásicos de la formación izquierdista).
Una encuesta nacional que esté conformada con el agregado de los resultados parciales es, hasta donde sé, una pura ilusión y lo que más se acerca es el Barómetro del CIS, que es el estudio que tiene una mayor muestra.