Últimamente estoy un poco católico, posiblemente a causa de la lectura de Libertad Conquistada han salido otras muchas lecturas que se concretan en ocurrencias que adquieren la forma de entradas.
En la gestión de personal que hace la Iglesia Católica hay una figura que me encanta y que ha sido copiada por otros: la patada hacia arriba. La “patada hacia arriba” consiste en ascender a una persona molesta dentro de la jerarquía eclesiástica, pero ese ascenso conlleva el cese en el puesto que estaba (en el que causaba excesivas molestias) y que se confiere un puesto absolutamente irrelevante dentro del nuevo nivel de la jerarquía a la que se le ha incorporado. También se aplica a los incompetentes que te tienes que quitar de encima pero sin el escándalo de la degración.
El ejemplo paradigmático es el nombramiento de un cura rebelde como obispo auxiliar de una diócesis en la que haya poco qué hacer y menos repercusión mediática. Puede que ésta sea la causa, y no solamente la humildad, por la que Ignacio de Loyola hizo que los jesuitas hicieran voto de no buscar ni aceptar ninguna dignidad episcopal o cardenalicia, e incluso de denunciar al que así maniobrase.
Evidentemente esta técnica no ha permanecido ajena a otras instituciones y hay un montón de puestos para ascender a personas que pueden ser molestas en posiciones inferiores, así como hacerlos partícipes en los éxitos y en los fracasos de los superiores. Como resultado de una patada hacia arriba uno puede ser ministro, presidente del Congreso, vicepresidente ejecutivo de una empresa de la que antes era consejero delegado, presidente de honor de un partido político o director de la Biblioteca del Vaticano.
Cuando se asciende a alguien, pensad la próxima vez si realmente es un ascenso o una patada hacia arriba.
Fraga todavía está subiendo. Y es un insulto para la democracia. Como Matin Villa y otras piezas.
También puede ser el caso del envío de monseñor Cañizares a Roma http://www.elimparcial.es/sociedad/razones-posibles-de-canizares-a-roma-29055.html
No era consciente del origen eclesiástico de esta práctica, tan común en grandes empresas y partidos políticos. Gracias.
Francisco Javier, sí, el caso de Cañizares también es paradigmático.
Además, la patada para arriba suele caracterizarse por colocar al incómodo/difícil de llevar/candidato a sustituir al Jefe a un lugar donde, además de salir poco en los medios, se queme un poquito.
Las listas europeas, las Delegaciones del Gobierno o ciertas Secretarías de Estado son buenos ejemplos en política. Y si no, observemos un poquito quién está en dónde.
Incluso se puede llegar a ser PAPA, ¿no?
¿A Papa? Demasiada patada hacia arriba… el pateado debe perder el poder y hacerle Papa no es precisamente un desapoderamiento.
¿Acaso el Papa manda en el Vaticano? Cuenta, cuenta…