Los que nacimos en los primeros años setenta (y los que nacieron antes también) nos hemos criado en un sistema de acceso a la información en el que la oferta, aunque pasaba el aprobado en pluralidad, era escasa.
Dos cadenas de televisión, con informativos en los que daban la noticia y nada más; grandes periódicos que representaban las tendencias ideológicas más relevantes y en la radio, lo mismo, con la nota colorista de las emisoras exclusivamente musicales. Algunas revistas semanales daban algo de color con la publicación de reportajes más amplios y algo de investigación periodística.
El resultado era que la mayoría de los españoles teníamos una información muy parecida, ya que los criterios de redacción eran similares en casi todos los medios.
Hoy día las cosas van cambiando: las licencias TDT han multiplicado el número de canales, ha nacido la televisión temática, han proliferación los medios escritos especialmente en el ámbito local y regional, así como las nuevas licencias de radio. Todo ello por no hablar de la irrupción de medios de información que tienen Internet como soporte.
El resultado es que el panorama informativo español se ha fragmentado. Pensé esto mientras releía, a propósito de la crisis en la Blogosfera, dos entradas de Egócrata en las que hablaba de la terrible fragmentación de los medios de comunicación estadounidenses (I y II).
Nuestra fragmentación no es comparable a la norteamericana por muchos motivos, pero ello no quiere decir que cada día la temática es más diversa dependiendo de los medios de los que te nutras. Habrá cada día grupos de ciudadanos que consideren que las informaciones principales son diferentes, según los medios de los que se sirvan.
Dice Egócrata que en los Estados Unidos muchos medios (esos que todos conocemos) tienen una gran relevancia no por el número de lectores, oyentes y telespectadores que tienen, sino porque son capaces de marcar la agenda, es decir, los temas que ellos eligen son seguidores por los editores de muchos medios locales y regionales que no cuentan con las fuentes de información y el acceso que ellos sí poseen.
Las espectaculares audiencia de la TVE de los tiempos del monopolio son ya imposibles y la misma sociedad tiene una variedad de intereses que hace que, de momento, esto sea irreproducible. Comenzarán a nacer medios, que junto a los grandes y tradicionales, sean capaces de marcar la agenda, de decidir qué es lo informativamente relevante para una multitud de otros medios que no pueden o no quieren asumir ese liderazgo.
La pregunta que me planteo es si algunos de los miembros de la Blogosfera podrán estar entre esos “marcadores de la agenda”. No es fácil pero tampoco es imposible. De entrada dependerá mucho de la aceptación que la figura del bloguero termine teniendo dentro del mundo de la información, de que lo que proporcione ese bloguero en su página y de los recursos de todo tipo, así como el acceso a las fuentes, con los que cuente. Es muy difícil que alguien reúna este elenco de condiciones, pero creo que con el tiempo los blogs que quieran tener peso dejarán de estar escritos por una sola persona para formar un equipo (y a mí me encantaría que siguiese siendo tan amateur como ahora: soy un romántico), aunque pueden dejar de ser blogs en su sentido material.
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