La última encuesta postelectoral del CIS ha dado que hablar en la “Blogosfera política” debido a la poca relación entre los resultados de las Elecciones Generales del 9 de marzo y el voto confesado en esta encuesta. En “La Moqueta Verde” han hablado de “luna de miel” entre el electorado y el vencedor electoral, mientras que Becario en Moncloa ha puesto en la mesa un debate más amplio con un etiología más plural la que achacar esta llamativa disonancia.
Salvo en el supuesto de que la encuesta haya estado diseñada y/o realizada de una forma desastrosa, cosa que quien mantenga tiene que demostrar, el problema está en que no se han detectado los votantes del PP ya que han preferido callarse su opción electoral. En esta entrada os propongo hacer una pequeña investigación para ver dónde se encuentran estos votantes populares vergonzosos de su decisión.
He supuesto que sienten más rechazo a posicionarse en preguntas en las que se inquiere directamente sobre partidos y políticos, mientras que se dejan ver en cuestiones que piensan que no expresan una opción partidista. Como podéis comprobar estoy suponiendo que estos encuestados no quieren decir la verdad y huyen de todos los que creen que pueden declarar su tendencia política y su voto, pero paralelamente los considero poco formados políticamente en tanto que piensan que una pregunta sobre fiscalidad no revela este secreto inconfesable.
La encuesta del CIS pregunta sobre el nivel de confianza que genera el Parlamento Español arroja estos resultado simplificados:
Hay que hacer notar que si bien el CIS pregunta por la Institución, la valoración de la Institución depende del ejercicio político de esa etapa, y en esta pregunta vemos como el rechazo al Parlamento del periodo 2004-2008 es peor entre los que no contestan que entre los votantes del PP y supera la media de valoración entre los que no recuerdan el sentido de su voto aunque por debajo de la confianza que tiene entre los votantes confesadamente socialistas.
La pregunta sobre Inmigración la responden ambos colectivos, los desmemoriados y los secretistas, por encima de la media española, a gran distancia de los votantes socialistas y con una muy moderación separación de la postura menciona por los votantes del Partido Popular.
Sobre el grado de Liberalismo de los españoles que se puede ver en esta encuesta ya hablé alguna cosa, pero lo llamativo aquí es que los que no recuerdan que votaron y los que no lo dicen mantiene nuevamente una media superior al resto de los españoles, y los desmemoriados incluso a la de los votantes del PP.
Nuevamente vemos un escenario parecido. Cuando se pregunta por la adopción por parte de los homosexuales, los que dicen no recordar lo que han votado y los que no contestaron a la pregunta sobre su voto tienen una media de rechazo mayor a la media nacional y en el caso de los que no contestan bastante cercano a la media de los votantes del PP.
Tanto en lo referente a la política antiterrorista como al debate interesado de la derecha sobre los valores religiosos ambos grupos se encuentran más cerca de las posiciones del PP (superándolo en un caso) y en el segundo cuadro bastante por debajo de la media nacional y más cerca de las posiciones populares que de las socialistas.
En el último cuadro que vamos a valorar vemos la autodefinición ideológica que hacen los encuestados. Estos dos grupos se encuentran más a la derecha que la media nacional, lo cual es notable en un país donde cuesta mucho esfuerzo reconocerse de derecha, aunque a una distancia respetable del autoposicionamiento ideológico de los votantes populares.
A modo de síntesis quiero hacer algunas conclusiones muy breves.
1) Aunque no sea de un modo taxativo estos datos de la encuesta del CIS nos invitan a pensar que buena parte de los votantes que le faltan al PP en éste se han refugiado en el silencio o en el secreto, ya que muestran unas tendencias más cercanas al PP que al PSOE, aunque hay algunos datos de otras preguntas que puedan indicar lo contrario, pero que no he tenido en cuenta porque se preguntaba directamente por partidos o líderes políticos.
2) De ser cierta esta conclusión provisional habría que reflexionar sobre las causas que llevan a votantes del PP a no expresar su voto por este partido. Explicaciones pueden ir desde querer ir con el ganador (este grupo es el que tiene más nivel a afiliación a clubes deportivos) hasta la vergüenza por votar al PP o a llevar una doble vida, entre lo que se dice y lo que se piensa.
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