Israel cumplió ayer sesenta años. Como otras muchas personas tengo ánimos enfrentados en los que se refiere al Estado de Israel. Intentaré exponer estos dos ánimos que realmente son dos imágenes antagónicas.
La primera imagen de Israel es el de un país compuesto de refugiados, de los parias de la Historia, que en un terreno hostil edifican un Estado desde la nada. Un Estado cuyos fundadores se criaron en los “kibbutzim”, únicas realizaciones de Socialismo Utópico. Un Estado que lo tuvo todo en contra en su nacimiento y que gracias a la entrega y al sufrimiento de sus primeros fundadores consiguió sobrevivir.
La segunda imagen de Israel es la de un Estado represor, que tiene a millones de palestinos apresados en su propia tierra. Un estado que reconoce que asesina “selectivamente”, que hace cierres a la entrada de alimentos, que alentó masacres en campos de refugiados y que bombardea domicilios aunque estén llenos de niños.
Sin duda Israel es una democracia, pero una democracia con densas sombras. La situación excepcional ha hecho proliferar la corrupción entre sus políticos porque ellos piensan que con el tema de la Seguridad del Estado, nadie atiende a otras cosas. Muchos hacen negocios a costa de la inseguridad de los ciudadanos.
La no separación efectiva de lo religioso de lo estatal y la pérdida de fuerza del movimiento político laico, junto a reformas legales pendientes como la de crear un matrimonio civil está rompiendo a la sociedad israelí, entre la más próspera y liberal que quiere una sociedad moderna; por otro lado nos encontramos con los grupos ortodoxos, la parte más parásita y fanática de la sociedad, que quieren una sociedad sometida totalmente no ya a la Torá, sino a la peculiar y sectaria teología de cada congregación.
Todo sabemos que la única salida para la paz de Israel con sus vecinos es la negociación. Los que no quieren la negociación saben que la mejor forma de impedirla es cometiendo atentados y realizando represalias. Así cada cual tendrá la excusa perfecta para decir que hablar no es posible y que no lleva a ningún sitio. A muchos les interesa la continua confrontación, porque viven de ella.
Totalmente de acuerdo contigo.
Ayer hice un post, de título muy similar al suyo, sobre otro aspecto relacionado con Israel que me tiene más bien confuso.
http://lodudomucho.com/?p=49
Sólo una cita:
“We must do everything to ensure they [the Palestinian refugees] never do return.”
–David Ben-Gurion, in his diary, 18 July 1948 —
[…] muertos y heridos) causadas por los ataques israelíes contra Gaza no han hecho más que avivar las contradicciones que el Estado de Israel representa para mí y en otros […]